mayo 07, 2009

Orden, vigilancia y seguridad en Galipán

Galipán presenta algunas particularidades en lo relativo al orden y a la seguridad de los pobladores y de la localidad. Tradicionalmente, y a diferencia de las ciudades populosas, Galipán ha sido un lugar privilegiado donde nadie acostumbra cerrar las puertas de su casa durante el día. Incluso, hasta las mascotas de los vecinos entran a cualquier hora, “como Pedro por su casa”, en cualquier vivienda. Esta realidad bien conocida por los galipaneros quizás parezca no tener mucha importancia. Sin embargo, en los tiempos actuales cuando la inseguridad es el principal problema de Venezuela, tal costumbre representa una bondad que merece ser valorada, aunque la población no escapa de ser víctima de la situación general que vive el país. Tal vez por su ubicación y su tranquilidad, Galipán carece de un sistema policial permanente. En efecto, los pobladores sienten que cada vez están más vulnerables e inseguros; y algunos denuncian que la vigilancia de los funcionarios de INPARQUES y de la Guardia Nacional se concentran en Boca e`Tigre, mientras las demás zonas están desprotegidas. En épocas de temporada alta, se observa la presencia de guardaparques, apoyados por representantes de la Guardia nacional y Grupos de Rescate; entre todos comparten las labores de vigilancia y orientación a visitantes y excursionistas. Adicionalmente, cuentan con el servicio de una unidad de prevención de incendios y accidentes (ambulancia con sistema de comunicación por radio, camillas, primeros auxilios).

Por distintos motivos, la relación de los pobladores con las autoridades de INPARQUES está matizada de roces e inconformidades, por ambas partes. Si un funcionario, por ejemplo, amonesta a un galipanero porque el volumen del vehículo está muy alto, aquel le puede responder: “Este aparato es mío y yo le pongo el volumen que quiero”. Algunos funcionarios se quejan de que sólo el 40% de los habitantes cumple con las normas de INPARQUES, mientras el 60% no las acata, ni respetan la autoridad de la Institución, argumentando que “Galipán no forma parte del Parque Nacional”. Se alude que los ingresos que tienen los galipaneros con sus negocios se deben a la seguridad que ofrece INPARQUES y la Guardia; sin embargo, no pagan por la seguridad ni quieren colaborar con un aporte para mantener y custodiar el Parque. Según información extra-oficial, se está estudiando la imposición de un tributo o impuesto que estaría destinado a la limpieza de caminos y carreteras, al mantenimiento de la vialidad y al resguardo del Parque Nacional El Ávila. Ante esto, algunos pobladores se niegan a aceptarlo, considerando que tal medida sería una arbitrariedad y un abuso.

En opinión de algunos guardaparques y vecinos, uno de los principales problemas que confronta Galipán es la presencia de motorizados que emplean este tipo de vehículos como medio de transporte y se desplazan a altas velocidades, sin usar el casco reglamentario ni cumplir con la normativa de tránsito terrestre. Aunque INPARQUES no permite el ingreso de visitantes en motos, ajenos al Parque, la frecuencia de motorizados menores de edad, habitantes de la zona, pone en riesgo su seguridad y la de quienes transitan por las vías del Parque Nacional El Ávila. Esta situación se ha convertido en un serio problema que genera riesgos de accidentes en carreteras y caminos del Parque. En efecto, son varios los accidentes con motorizados que han ocasionado fracturas o lesiones permanentes en jóvenes galipaneros y también accidentes que han sido fatales. A esto se une el hecho de que los guardaparques no tienen competencias policiales para apresar o imponer multas a los infractores.

Otro de los problemas en Galipán es el consumo de alcohol, por parte de jóvenes y adultos. INPARQUES no autoriza el consumo de alcohol dentro del Parque Nacional. En épocas de mayor afluencia de turistas, los kioscos y ventorrillos tienen prohibido el expendio de vinos, calentaito y ponche crema, producidos artesanalmente en Galipán, previendo que su uso indiscriminado pueda contribuir a perturbar el orden público en el Parque. Sin embargo, este tipo de acciones no es suficiente para solucionar la situación. Tradicionalmente, el consumo de alcohol en Galipán ha sido un vicio que, eventualmente, ha generado perturbaciones, enfrentamientos, accidentes, lesionados y fallecidos.

Adicionalmente, en la última década, ha aumentado el problema del congestionamiento vial, que va de la mano con el impulso del turismo, cuya actividad se inició sin orden ni planificación, y sin que existiesen las condiciones viales y de infraestructura adecuadas para una buena atención a la gran afluencia de turistas. En las áreas de mayor demanda turística, en temporada alta, se forman insólitas y caóticas aglomeraciones en las que expendedores, turistas, pobladores, caballos, motorizados, vehículos de transporte y vehículos particulares sostienen una lucha “cuerpo a cuerpo” para tratar de desplazarse sin ser atropellado; lo cual, no siempre es posible. Han ocurrido accidentes en los que algún turista ha sido atropellado por caballos desbocados, o personas que han sido lesionadas por motorizados, o choques entre vehículos. La concentración en el área de Guayabo Mocho-El Guamito-La Chivera, del Terminal de Transporte, los kioscos y los caballos para alquiler, produce un verdadero caos que atenta contra el disfrute y el esparcimiento que buscan los turistas.

A lo anterior se suma el problema de los accidentes viales ocasionados mayormente por visitantes y turistas que no conocen las condiciones orográficas del terreno y, eventualmente, transitan con vehículos inadecuados (rústicos 2x2, en vez 4x4) o se desplazan a velocidades que demandan el uso exagerado del freno, ocasionando su recalentamiento, y el consecuente riesgo de perder el control del vehículo, con consecuencias lamentables. Son diversos los accidentes en los que han ocurrido volcamientos, incendio de vehículos, caídas en cunetas y por barrancos, produciendo lesionados y fallecidos.

Mención aparte merece el problema de contaminación sónica del que son víctimas los galipaneros y que también forma parte de la salud pública de la comunidad. La exagerada amplificación del sonido durante actos musicales realizados en el Hotel Humboldt y en locales privados, en horarios diurnos y nocturnos, producen incomodidad a pobladores y visitantes. A esto se suma el uso descontrolado de cornetas y sistemas de sonido en vehículos particulares, cuyos dueños irrespetan el derecho a la tranquilidad de los vecinos del lugar.

Por si esto fuera poco, en los años más recientes se han producido varias situaciones de secuestros express, en los que habitantes galipaneros han sido víctimas y han tenido que pagar altas sumas de dinero para lograr su rescate. Tales secuestros han sido protagonizados por motorizados que no habitan de Galipán por lo cual los vecinos están alarmados y no justifican que esto suceda a pesar del control de los Puestos de Comando de la Guardia Nacional en Cotiza, Dolores y Teleférico-Humboldt.

PROPUESTAS Y EXPECTATIVAS:
A fin de contribuir a mejorar la preservación del orden y la seguridad en Galipán, se propone:
1. Aumentar el número de efectivos de la Guardia Nacional y funcionarios de INPARQUES a fin de que puedan resguardar y custodiar los diversos sectores del Parque Nacional El Ávila.
2. Designar una comisión que coordine acciones entre INPARQUES, la Guardia Nacional, la Policía de Vargas, las Asociaciones de Vecinos y los Consejos Comunales, a fin de conformar y consolidar un sistema de seguridad permanente en Galipán que incluya el patrullaje permanente de la zona y la aplicación de sanciones a quienes incumplan las normas que regulan la contaminación sónica, el consumo de licor, el uso de cascos por parte de los motorizados, la velocidad en las vías, la preservación del ambiente, el control de incendios, el bote de basura, todo lo cual afecta a los pobladores de Galipán y también a los visitantes, a la vez que atenta contra la integridad ecológica del Parque Nacional El Ávila.
3. Crear la FUNDACIÓN SOCIO-DEPORTIVA Y CULTURAL DE GALIPÁN, con aporte oficial y privado, y con la participación del Ministerio de Educación, el INCES, las Asociaciones de Vecinos, los Consejos Comunales, los vecinos y las empresas privadas que funcionan en Galipán, con la misión de planificar y desarrollar programas culturales y deportivos que contribuyan a capitalizar el tiempo libre de niños, jóvenes y adultos de la zona. Tal Fundación podrá coordinar la ejecución de cursos permanentes sobre temas de interés para la comunidad (turismo; administración de empresas; gastronomía; atención al cliente; agronomía; agropecuaria; cultivo de moras, fresas y duraznos; corte y costura; muñequería; pintura; bailes tradicionales; elaboración de papagayos; inglés), la conformación de organizaciones culturales infantiles y juveniles (coral, grupo de bailes, equipos deportivas, conjunto de baile), entre otras opciones de formación extra-curricular que les permitan estar ocupados en actividades sanas que eleven su preparación integral. La sede de dicha Fundación podría funcionar en las instalaciones de la Escuela de San Isidro de Galipán.