mayo 04, 2009

Uso y manejo del agua en Galipán

Las familias de generaciones pasadas tomaban el agua de ríos y quebradas que bajaban por la montaña. Niños y adultos transportaban el agua hasta sus casas utilizando latas, ollas y envases que se colocaban en la cabeza, utilizando un “rollete” de trapo, o mediante las llamadas “guindas”, que consistían en un palo que se colocaba en la espalda sobre los hombros y, en cada lado del palo, colgaban sendos envases llenos de agua. A veces recorrían largos trechos desde los riachuelos hasta las viviendas para proveerse de agua. Simultáneamente, los galipaneros comenzaron a aprovechar los manantiales más cercanos a sus casas para construir pozos y tanques que eran -y aún son- llenados con agua de manantial o de la quebrada, lo cual presenta problemas durante la época de sequía cuando los manantiales se secan casi totalmente.
Con el paso del tiempo y ante la necesidad de organizar el sistema de recolección de agua, algunos vecinos de Galipán, pioneros en el trabajo comunal, se organizaron para buscar agua en los manantiales de la montaña y traerla hasta las viviendas mediante un sistema de mangueras. Esta estrategia –descrita ampliamente en otra sección de este blog- resolvió el problema durante varias generaciones. Sin embargo, ante el alto crecimiento poblacional experimentado por Galipán, aunado al impulso de la actividad turística, a partir del año 2000, el sistema de traer el agua de la montaña se ha hecho insuficiente para satisfacer la demanda del líquido. A lo largo de la década del 2000, algunas familias han perforado pozos para extraer aguas profundas de los manantiales internos.

Tratamiento de aguas servidas y aguas negras
Para los galipaneros, el agua no sólo es requerida para el consumo sino también para el riego. Tradicionalmente, los pobladores han aprovechado parte de las aguas servidas para regar sembradíos y huertas, lo cual se mantiene en la actualidad. Los remanentes de aguas servidas y también las aguas de lluvia son parcialmente dirigidos a través de canales que permiten su desagüe hacia quebradas ya establecidas, a fin de impedir que se desborden y dañen las siembras. Sin embargo, tal sistema de drenaje no es suficiente ni está sólidamente estructurado. Cuando llueve copiosamente, las aguas se desbordan y arrasan con los sembrados, penetran por los caminos e incluso en las viviendas. A la insuficiencia del drenaje se le suma la irresponsabilidad de algunos vecinos que lanzan basura a las quebradas y también objetos de gran tamaño o artefactos domésticos que bloquean el curso de las aguas.

Con respecto a las aguas negras, durante épocas más remotas las familias dirigían las aguas negras a las canales y quebradas de sus terrenos, lo cual ocasionaba contaminación y enfermedades. Poco a poco, fueron empleando el sistema de cloacas, de manera rupestre, con lo cual sólo lograban alejar las aguas negras de las casas. Con el paso de los años, se ha popularizado la construcción de pozos sépticos. Sin embargo, el alto crecimiento poblacional demanda mayor cantidad de pozos sépticos. Algunos vecinos expresan preocupación por la experiencia del deslave ocurrido en 1999 cuando los suelos colapsaron ante un alto volumen de agua de lluvia, a la vez que tienen reservas porque no saben cómo será el comportamiento de los suelos ante la progresiva construcción de pozos sépticos, si ocurriera otra tragedia semejante.

PROPUESTAS Y ESPECTATIVAS: Algunos pobladores consideran necesario que las instituciones competentes realicen un estudio de campo sobre las condiciones de los suelos de Galipán, incluyendo entrevistas a los pobladores, con miras a establecer un plan organizado de canalización de las aguas de lluvia, la construcción de sumideros y pozos sépticos comunales, lo cual permitiría que varias familias se beneficien de un mismo pozo. Por otra parte, es conveniente analizar la posibilidad de mejorar el sistema de transporte del agua desde la montaña, estudiando la posibilidad de crear un sistema de acueducto subterráneo que contribuya a eliminar el panorama de abundante cantidad de mangueras colgadas de árboles y techos.